¡¡¡¡Esa gente está cobrando unos salarios altísimos!!!! ¿Cómo demonios vamos a poder ser, así, competitivos?. ¡¡¡¡Los salarios en España han crecido una exageración!!!!. ¡¡¡¡La culpa la tienen los salarios!!!!.

¿Les suena la retahíla anterior, verdad?. Es una cantinela que repiten hasta la saciedad muchos empresarios españoles, por ello exigen a todos los Gobiernos que, como sea, se reduzca el coste del factor trabajo. Vale, ¿pero las cosas son realmente así y han sucedido como se cuentan?.

Miren el gráfico que viene a continuación, pero mírenlo bien.

Fuente. Elaboración propia a partir de INE.

Recoge la evolución del salario medio en España y del IPC entre el 2000 y el 2012, pero de forma acumulada, es decir, supongamos que en 1999 tanto el salario medio como el IPC tuviesen un valor de 100, pues bien, lo que muestran esas líneas es la evolución acumulada de los incrementos que de precios y de salarios se han producido a lo largo de estos años. La conclusión: si en 1999 el nivel de salarios y precios se situó en 100, en el 2012 se estima que cerrarán el año en niveles de 143,4 y 144,2 respectivamente. ¿Alguien puede explicar donde se halla ese megaincremento salarial que ha echado por la borda la competitividad española?. La verdad es mucho más prosaica -y también más triste-.

Lo cierto es que la igualdad entre salarios y precios se mantuvo prácticamente a lo largo de estos doce años. Es decir, la ganancia de poder adquisitivo real del salario medio español ha sido ridícula, de ahí que la orgía de consumo que se declaró sobre todo a partir del 2002 y que tanto contribuyó en mucho a que ‘España fuese bien’ se sustentó exclusivamente en el crédito; crédito que ha dado lugar al superendeudamiento en el que se ha sumido la ciudadanía española y que ahora no puede atender porque tanto la ocupación como los salarios se están hundiendo, por lo que no se crece, lo que aún deprime más el crédito, y el consumo, y …

El problema, pienso, es otro. Una patética productividad media de las empresas españolas que no fue capaz de frenar la inflación galopante que en esos años recorrió España (recuerden: durante los años del ‘España va bien’ la productividad cayó). Los salarios crecieron porque el poder adquisitivo no podía caer y porque había que recaudar, pero a la que el crédito empezó a escasear para las empresas y su financiación se volvió más y más problemática los empresarios se volvieron hacia el Gobierno: ¡Queremos rebajas de los costes laborales para ser competitivos y poder exportar porque aquí no consume ni su madre!.

Ahora la productividad está aumentando en España: a base de reducir plantillas, pero la productividad buena no crece: en sus previsiones del 04.12 para el 2013 Funcas estima un aumento en la inversión de bienes de equipo del -7,9%. En términos generales, con la estructura de PIB que tiene España no sale a cuenta invertir, de lo que puede deducirse que esa tan cacareada competitividad, si algo se consigue vendrá por el lado del desempleo y del empobrecimiento de la población ocupada española, pero no de otro lugar.

Pero por favor, que nadie vuelva a decir que la culpa de todo en España la tienen los salarios.  Es al revés: sería un signo de salud económica que la empresa española pagase muy altos salarios debido a su muy alta productividad.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.  La carta de la bolsa