La pregunta del fin de semana: ¿por qué este cambio de postura del Fondo?. De entrada una consideración: ¿realmente es un cambio de postura o se trata más bien de una evolución ante la evolución imparable de una realidad que ha acabado desbordando a experiencias anteriores?; porque, no lo olvidemos: el FMI no se ha enfrentado nunca, ¡nunca!, a una crisis sistémica ni ha tenido que manejarse en medio de una.

La evolución de esa realidad, pienso ha llevado las cosas hasta un punto en el que el FMI podría haber acabado constatando que economías como España, Portugal y Grecia (ha empezado refiriéndose a estas), no pueden pagar lo que deben, máxime teniendo en cuenta que ni siquiera crecen para crear empleo neto, por lo que es absolutamente imposible que cumplan unos compromisos que firmaron para que se publicasen fotos del acto en que se firmaron. De alguna manera sería un camino parecido al que el FMI llevó en Latinoamérica y que acabó con la Crisis Asiática.

Lo que sucede es que en Economía todo tiene un precio, precio que alguien, en alguna parte, acaba pagando de algún modo. Si el FMI dice que hay que dar más tiempo para reducir el déficit y que durante más tiempo hay que permitir gastos mayores a países miembros de un área monetaria con déficts galácticos y con deudas en ascenso por las implicaciones que tendrían la austeridad mantenida a sangre y fuego, está bien, pero, ¿quién pagará el precio de ese tiempo y de esos mayores gastos teniendo en cuenta que ya en estos momentos nadie puede pagar todo lo que debe?.

Aquí llegaría el tema de las quitas: percibidos los problemas de deuda y la conexión perversa entre deuda y déficit, se implementa una quita de un X% para cada economía y que el reparto se lleve a cabo internamente según un manual de uso; para ello obviamente debería llegarse a unas auténticas uniones bancaria y fiscal, siendo la contrapartida contable una parte del PIB que no regresaría durante una serie de años en función del estado y las posibilidades de cada país. Esto supone la introducción de una geometría variable y el avance siguiendo un perfil quebrado.

Pero también existe otra opción: meter parte de la deuda en un armario, cerrar la puerta y tirar la llave, y considerar que esas deudas están ahí pero son un peso que tan sólo equilibra el conjunto, sin más. Más o menos como ese invento español denominado ‘Déficit eléctrico’, pero sin vencimiento.

Ahora que ya no hay negocio, que no se puede pagar lo que se debe, y que no se pueden cumplir los compromisos, se da más tiempo y se reordenan las fichas. No pierdan de vista lo que se firmó en Febrero en la UE: el objetivo es llegar a un déficit del -0,5% en el 2020; lo que pase por el camino tan sólo son estaciones intermedias.

No está claro que se trate de un cambio de postura, no lo está. Fíjense lo que dijo M. Lagarde ante los 188 miembros del FMI reunidos en Tokio. «Le plus grand obstacle (à la croissance) sera sans doute l’immense héritage légué par la dette publique qui atteint maintenant en moyenne 110 % (du PIB) dans les pays développés, quasiment un niveau de temps de guerre». (Tomado de la edición digital de Le Monde, ‘La 12:15’). No lo está, nada.

Lo anterior no es lo único a destacar, pienso que en esta Cumbre de Tokio se están diciendo bastantes cosas, cosas que ya son del próximo modelo, no de este.

“La unión bancaria no está pensada para solucionar todos los problemas de esta crisis, sino para futuras crisis” (El País 13.10.2012, Pág. 1). Son palabras de alguien de la Comisión Europea. El Nuevo Modelo: “El mensaje fundamental que está saliendo es: fijémonos en las medidas, no en los resultados nominales. Lo importante son las medidas” (misma fuente, Pág. 19); son palabras del Sr. Ministro de Economía del reino.

Se están diseñando medidas nuevas, tomando decisiones que no están tanto orientadas a resolver los problemones actuales como a ir implementando ese Nuevo Modelo que sustituirá al que ha concluido en esta crisis sistémica, y esas medidas, definidoras de una nueva estructura, se irán adoptando pase lo que pase y suceda lo que suceda: “Si te preocupas por las protestas nunca podrás llevar a cabo políticas sostenibles”, dijo el Sr. Ministro de Finanzas de Alemania (misma fuente). Recuerden bien: esas medidas -que es lo verdaderamente importante- se van a implementar pase lo que pase y suceda lo que suceda, sin importar el precio (señal de que la importancia de la política se halla en caída libre) debido a lo tremendo de la situación y a que el pasado ya se ha ido y hay que pensar en la nueva estructura.

En cualquier caso hay métodos de ayer que aún pueden servir, como que el FMI haga de poli, por ejemplo supervisando que los rescatados cumplan las condiciones que firmaron en sus MoUs, como ya hicieron en Latinoamérica en los 80, aunque en los actuales rescatados no hayan “Dictaduras amigas” como en aquellos. (Por cierto: a cada uno lo que le toca: la figura ¿simbólica? de los MiB: Uds. la leyeron aquí mucho antes de que ningún Ministro de Hacienda la usase en ningún foro).

(A preguntar al Sr. De Guindos por parte de quien pueda hacerlo. Ha dicho en Tokio el Sr. Ministro de Economía que “Las agencias de calificación siempre van por detrás de los mercados” (misma fuente). ¿Pensaba eso mismo cuando era director para España y Portugal del banco Lehman Brothers?).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.  La carta de la bolsa