Las insistentes peticiones de casi todos los estamentos económicos no han sido suficientes para que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, haya sido hoy totalmente contundente en el anuncio de nuevas medidas relajación cuantitativa (quantitave easing) durante su tradicional discurso en Jackson Hole.

Bernanke ha abierto la puerta a un nuevo QE dado que la situación económica actual está «lejos de ser satisfactoria», pero también ha advertido de que existen riesgos con su aplicación.

«Teniendo en cuenta las incertidumbres y límites de sus herramientas de política monetaria, la Reserva Federal pondrá en marcha las medidas que sean necesarias para promover una recuperación económica más fuerte y para buscar una mejora en las condiciones del mercado laboral», aseguró Bernanke.

De hecho, el presidente de la Fed mostró su decepción por los logros conseguidos por los dos programas anteriores de relajación cuantitativa en el mercado laboral. A su juicio, los efectos han sido «dolorosamente lentos». «A menos que la economía empiece a crecer más rápido de lo que lo ha hecho recientemente, la tasa de paro va a permanecer lejos de los niveles consistentes con el pleno empleo duranate un tiempo», ha añadido.

Estos argumentos permiten pensar que aprobará en breve un nuevo plan millonario de compra de bonos (que los expertos están cifrando entre 400.000 y 500.000 millones de dólares). Sin embargo, frente a ello, ha advertido de que esa operación podría dañar la función de los mercados, elevar las expectativas de inflación, afectar a la estabilidad financiera y causar pérdidas a la propia Fed. No obstante, precisó que si esas incertidumbres se tratan con cautela pueden ser manejables. Funds People