1- Invertir en una compañía únicamente porque reparte dividendo.

El dividendo es muchas veces la única razón que lleva a un inversor a entrar en un valor. «Nadie sabe lo que va a pasar en los próximos diez años y si la empresa en la que invierte en base al dividendo que dio en el pasado lo puede mantener en el futuro» explica David Galán, director de Bolsa General. El experto cree que «es correcto invertir en empresas con tendencia alcista y si además pagan dividendos mejor que mejor» pero no puede ser el único aspecto a la hora de tener en cuenta una compañía en la que invertir. «Muchos valores con alta rentabilidad por dividendo han caído el 50%, el 60% o el 70% de su valor, así que el dividendo acaba sendo un triste consuelo en una tendencia bajista», añade el experto. Además, los menores beneficios empresariales que van a registrar las empresas en los próximos trimestres debido a la crisis económica y a la contracción del consumo, llevarán a muchas de ellas a eliminar el dividendo en los próximos años, según los expertos.

2- Operar sin stop loss.

Una orden ‘stop loss’ es una orden de compra o venta de acciones cuyo envío a Bolsa se supedita a que se cumpla una condición en el precio fijado por el usuario. Cuando se cumple ésta, se envía al mercado una orden limitada a un precio del que también se ha informado. Así, por ejemplo, cuando se compran determinados títulos, a la vez se puede ordenar que se vendan automáticamente si su cotización cae por encima de un 5%. La condición de activación podrá ser «mayor o igual» o «menor o igual» a un precio.

La principal ventaja de esta opción es poder asegurarse la inversión ya que permite introducir órdenes ‘stop’ de venta sobre una compra, en función de la rentabilidad que se espera de la inversión y de la máxima pérdida que se estaría dispuesto a asumir. En definitiva, a través de esta herramienta se ayuda a limitar las pérdidas derivadas de la misma. De esta forma, el usuario se asegura un máximo de pérdidas, evitando males mayores en caso de que las acciones sigan bajando.

3- Comprar valores que están en mínimos porque tienen más recorrido.

Los analistas advierten que hay que tener cuidado con estos valores ya que, en algunos casos esconden historias detrás. «Es bien sabido que el hecho de que una compañía cotice en mínimos históricos no es un criterio que indique que la compañía esté barata o cara, sin embargo, también se debe reconocer que es muy probable que una compañía cotizando en mínimos históricos esté pasando por una situación financiera complicada, es decir, que el mercado esté asignando una probabilidad al evento de quiebra. Por lo tanto, la inversión que se realiza en este tipo de acciones implica mucho riesgo», explica Alberto Morillo, analista de Consulnor.

Por su parte, David Galán, de Bolsa General, asegura que «no hay que comprar valores bajistas y adelantarse al cambio de tendencia. Cuando se compra un valor en tendencia bajista creyendo que está barato en unos años se descubrirá que no estaba tan barato».

4- Poner todos lo huevos en la misma cesta. Hay que diversificar.

Esta es una expresión popular que hay entre los inversores para expresar el peligro de concentrar las inversiones en los mismos títulos, ya que el riesgo es mucho mayor. De ahí que los analistas financieros recomienden diversificar. Parece obvio pero muchos inversores lo practican. Muchos inversores piensan en invertir todo su dinero en Bolsa y muchos solo quieren invertir todo el dinero en un solo valor, craso error.

5- Pensar que agosto es un mes tranquilo.

Muchas de las grandes crisis bursátiles que se han generado en los últimos años se han gestado en los meses de verano, período supuestamente tranquilo en el que inversores y traders se van de vacaciones. Sólo hay que mirar hacia atrás para ver que nada más lejos de la realidad. La invasión de Kuwait por Irak en 1990, la crisis rusa que contagió a los hedge funds en 1998 y los atentados de las Torres gemelas en 2001, son tres buenos ejemplos de acontecimientos con influencia descomunal en los mercados que acontecieron en agosto o septiembre. El estallido de la crisis de las hipotecas subprime en agosto de 2007 y la quiebra del banco Lehman Brothers tras el verano de 2008 son dos ejemplos más recientes.

6- Comprar con el rumor y vender con la noticia.

Uno de los refranes más conocidos de la Bolsa de comprar con el rumor y vender con la noticia tiene mucho peligro. Y es que no siempre se llega a producir la noticia o se produce con unas condiciones que no son las más beneficiosas para el inversor. Nunca se debe invertir únicamente en un valor sobre el que hay un rumor, incluso si hay confianza plena en la fuente en concreto. Este es el principal consejo de los analistas. Siempre se debe analizar si la empresa está barata, si tiene una rentabilidad por dividendo elevada o si tiene algún atractivo adicional que le haga merecedor de nuestra inversión.

7- Nunca se pierde con los valores grandes.

Burro grande ande o no ande. En el mercado, hay una tendencia de comprar valores que son conocidos. Sin embargo, hay que recordar que tanto Lehman Brothers que cayó en 2008 como Enron, una de las quiebras más famosas de la historia en EE UU eran compañías de gran tamaño totalmente internacionalizadas y con marcas de prestigio. Los expertos aconsejan mirar más allá y fijarse en algo más que en el tamaño y las marcas de las compañías.