Tomando como referencia la bolsa estadounidense, mercado director,  pensamos que la fase de consolidación podría prolongarse, más que situarnos en la antesala de una corrección bajista de calado.

Dejando de lado el efecto compensatorio entre la mejora reciente de las cifras de actividad y la niebla política, hasta el momento varios indicadores técnicos no han emitido las alertas que sí emitieron antes de las tres correcciones más significativas desde 2010: (i) el índice se sorpresas económicas de EEUU no se ha debilitado, (ii) los diferenciales de crédito no se han ampliado, y (iii) el sentimiento inversor no es de extremo optimismo .

En los días venideros subirá la intensidad de referencias macro. Entre todas, destacan los registros de empleo estadounidenses de octubre.

En el ámbito nacional, dos citas importantes. La primera, el PIB 3T12, para el que el Banco de España adelanta una previsión del -0,4% trimestral. Factores como la estabilización del consumo de los hogares debido al efecto IVA o la mayor contribución al PIB del sector exterior, serán a buen seguro dos de las principales razones por las que no asistiremos a una aceleración de la recesión en este trimestre, que sí esperamos se produzca en la parte final del ejercicio. La otra referencia clave, los datos de ejecución presupuestaria del Estado a mes de septiembre.

Ciclo, bancos centrales, política y resultados empresariales son las variables que están moviendo la batuta del mercado en las últimas semanas. Lo más positivo lo están aportando las dos primeras. Con la excepción, nada sorprendente, de la zona Euro, el saldo de los indicadores macro publicados a lo largo del último mes, desde una óptica global, ha resultado positivo, señalando una mejora del pulso cíclico. Dos exponentes clave en este sentido: EEUU y China.

De cara a 2013, comienzan a acumularse señales alentadoras en forma de fortalecimiento subyacente de la economía estadounidense: (i) la concesión de crédito empieza a fluir con más consistencia, (ii) la inflexión del sector residencial es cada vez más palpable, y (iii) los avances en términos de exploración energética han sido notables en los últimos meses. Las consecuencias a medio plazo: entorno más favorable para la inversión, efecto riqueza positivo para el consumidor y ganancias de competitividad para las empresas americanas.

En el caso de China, la gestión del ciclo por parte de sus autoridades sigue siendo muy exitosa, como demuestran los registros contemporáneos de actividad, cuya estabilización puede ser el preludio de tasas de crecimiento más vigorosas a partir de ahora. El soporte para el riesgo siguen aportándolo los bancos centrales y su vocación explícita a medio plazo de velar por el sostenimiento del crecimiento, aún a costa de sacrificar cierto control de la inflación,  variable que, por el momento, tampoco está suponiendo un quebradero de cabeza. Sí está molestando más la variable política/institucional en una doble vertiente: estadounidense y europea.

De cara a las elecciones presidenciales en EEUU, el mercado preferiría un resultado compatible con políticas moderadas y un acuerdo fiscal. Recientemente, se han incrementado las probabilidades de que ambos anhelos acaben materializándose a tenor de las posturas más comedidas a las que han ido convergiendo los candidatos Demócrata y Republicano con el transcurrir de la campaña.

Por lo que respecta a la zona Euro, el mercado sigue demandando pasos más decisivos para que se produzca una aproximación más contundente al final de la crisis de la deuda. En este punto, no consideramos negativo que el deterioro del crecimiento económico se haya extendido a Alemania, en la medida en que puede suponer un nuevo acicate para que sus políticos sigan profundizando en el cambio de actitud hacia la gestión de la crisis que iniciaron a finales del verano. Como tampoco es malo que el BCE empiece a reconocer los riesgos deflacionarios que sobrevuelan la región, como probable antesala de un nuevo recorte de tipos.

En conclusión, resaltamos la mejora del tono cíclico global y que, llegado este punto, pensamos que la esfera institucional sólo tiene margen de mejora (con independencia del ruido político de EEUU en este último tramo del año). Con el paso de las semanas, la dilución del efecto de los resultados trimestrales podría servir para drenar volatilidad del mercado y que el resto de variables sigan dando soporte a los activos de riesgo. Banif