Los accionistas de Bankia tendrán que perder todo su dinero para que el FROB pueda imponer pérdidas a los titulares de preferentes y deuda subordinada de la entidad. Así lo establece el borrador del Real Decreto que aprobará el Gobierno el próximo viernes, donde se dice que los accionistas de las entidades nacionalizadas deben asumir costes «hasta donde sea posible». Es decir, por la totalidad de su inversión cuando una entidad necesite un rescate tan fuerte como los 23.500 millones que necesita BFA-Bankia (12.000 millones sólo la filial cotizada).

Según este texto -que puede modificarse de aquí hasta el próximo viernes-, «no se podrán imputar pérdidas para asumir los costes a los titulares de valores que tengan mejor rango que otros que aún no hubieran absorbido pérdida alguna de la entidad, y en cualquier caso siempre que los accionistas, cuotapartícipes o socios de la entidad de crédito no hubiesen asumido costes hasta donde fuera posible«.
En consecuencia, los accionistas deben asumir la mayor pérdida posible, que es la de toda su inversión. Algo que deriva de que las pérdidas deben seguir el orden de prelación establecido en la legislación concursal, que determina que los últimos en cobrar en caso de quiebra son los accionistas. Es decir, son los que tiene que asumir el mayor porcentaje de las pérdidas de la entidad y los que tienen menos probabilidades de recuperar algo en un banco con unas necesidades tan grandes de capital público.
Esto ya sucedió con los titulares de cuotas participativas de la CAM, que perdieron todo su dinero con la intervención de la entidad porque su valor era inferior al del capital que le inyectó el FROB. Sólo la voluntad del Sabadell -comprador de la CAM- de mantener a los clientes titulares de las cuotas ha permitido ofrecer a algunos soluciones a cambio de cumplir ciertos requisitos.
Tras la dimisión de Rodrigo Rato y la nacionalización de BFA-Bankia, la valoración de la entidad se hundió, y más después de que su nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, estimase en 23.500 millones las necesidades de capital de BFA y en 12.000 las de Bankia. Será cuando se inyecten estos fondos mediante una ampliación de capital cuando se valoren las acciones actuales, a un precio presumiblemente cercano a cero.
Esto provocó que casi todo el mundo diera por hecho que el valor de su acción en bolsa es cero, algo que confirma el borrador del Real Decreto. De hecho, la acción llegó a caer a 0,48 euros en julio descontando este escenario. Sin embargo, desde ahí repuntó hasta niveles de 1,5 euros en un rally inexplicable para muchos dada la crítica situación de la entidad. Una subida que puede ser muy engañosa y atrapar a los inversores que confíen en ella. En todo caso, el valor (que ayer cerró en 1,331) sigue a años luz de los 3,75 euros en que salió a bolsa en julio del año pasado.
Una vez que los accionistas asuman como pérdida toda su inversión, será el turno de los titulares de preferentes y deuda subordinada, que sufrirán también grandes pérdidas en sus inversiones, y que no tendrán derecho a reclamar, como informa hoy El Confidencial. Unas pérdidas que, en el caso concreto de Bankia, pueden alcanzar dos terceras partes de su valor inicial.
La parte positiva para Bankia del borrador de Real Decreto es que no podrá ser liquidada -entendiendo por ello cerrada-, ya que, al ser una entidad sistémica, está exenta de las causas en que debe aplicarse lo que se denomina «resolución ordenada». No está tan claro en los casos de CatalunyaCaixa y NovaGalicia, y donde no parece haber dudas es en Banco de Valencia. Pese a lo cual, Economía sigue insistiendo en que no se liquidará ninguna entidad. Eduardo Segovia – Cotizalia